El objetivo principal de esta profesional es prevenir y mejorar la salud integral a través de la implementación de hábitos que mejoren la calidad de vida de sus pacientes, siempre con un enfoque integral que tenga en cuenta el contexto particular de cada uno.

 

Mediante la educación alimentaria, trabaja junto al paciente para lograr cambios sostenibles en el tiempo, adaptando el proceso con la flexibilidad que cada caso requiere.

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Al diseñar un plan de alimentación, tiene en cuenta la bioindividualidad, su contexto, hábitos, trabajo y gustos, para que el plan sea personalizado y fácil de seguir. Se enfoca en acciones que promuevan el bienestar físico, digestivo y emocional, más allá de los números en la balanza. Además, utiliza la antropometría para profundizar en la composición corporal y hacer ajustes en la ingesta cuando sea necesario, con el fin de alcanzar resultados específicos.